martes, 18 de noviembre de 2008

MALTRATO INFANTIL

Estoy en este momento dando el pecho a mi peque, y cuando la miro normalmente se me inunda el corazón de ternura. Pero estos días hay algo más. Hay también dolor por todos esos niños que sufren maltratos y abusos sin tener la opción de defenderse. Una persona adulta (hombre o mujer, que de todo hay) puede pedir ayuda o tratar de defenderse con más o menos éxito, pero un bebé está completamente incapacitado para hacerlo. Veo a mi hija, sana y fuerte, sí, pero absolutamente dependiente de las personas que la queremos y la cuidamos. Necesita el alimento que la proporcionamos, la limpieza y sobre todo el cariño y la seguridad que encuentra en nuestros brazos, nuestros besos y las palabras que la dirigimos. Y se me desgarra el alma al ver que hay muchos niños que no disfrutan de esas cosas. Ahora se juzga un caso ingles. Un pequeño que sería el sueño de cualquier familia con sus ojitos azules y el pelo rubio. Un niño que debería estar ahora mismo jugando ahora con sus compañeros de guardería o en casa, durmiendo un poco después de haber comido, hace más de un año que todo eso se terminó para él. Si es que alguna vez tuvo algo de eso, porque su caso es uno de los más escalofriantes que he leído nunca. El maltrato hasta la muerte que sufrió durante su corta vida pone los pelos de punta a cualquiera. Por sufrir, tuvo que sufrir hasta el completo abandono de las administraciones, que en 60 visitas de los servicios sociales no encontró la menor ayuda para su situación. Un pequeño de los (por desgracia) tantos que hay sufriendo en silencio sin entender que han hecho para no merecer ni un beso o un abrazo y si palizas constantes.
Veo ahora a mi hija dormida y pienso que si alguien quisiera hacerle daño, la defendería con uñas y dientes, y me gustaría poder defender a esos pequeños que no reciben el mismo cariño que tiene Alicia. Por favor, si conocéis algún caso, no os quedéis callados, ayudad a los que no tienen voz. Todos saldremos ganando.

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