Ya han pasado seis meses desde que Alicia decidió que ya estaba bien de vivir de gorra a pasar a vivir... de gorra, pero de más gente, no solo de mí :-) Recordaba hoy con David los días de hospital, y me he dado cuenta de que los detalles se van nublando un poquillo Eso sí, tengo muy vivido el momento en el paritorio en que nació. Recuerdo como la oí llorar por primera vez y a la matrona diciendo "que pestañas tiene esta niña". Y en ese momento sabes que ya nunca serás la misma. Ahora mi vida ronda la de un pequeño bichejo que sabe muy bien que le basta con gimotear un poco para conseguir de mí todo lo que quiera. Si esto lo ha logrado en seis meses, tiemblo al pensar que conseguirá de mí en los próximos años. Bueno, lo pienso más detenidamente y lo que consigue llorando es comer, mimos y el cambio de pañales, y bien pensado a eso tiene todo el derecho del mundo:-)
Ahora mismo está a mi lado, en el regazo de su padre, investigando sus dedos con detenimiento y parloteando en esa lengua que los adultos somos tan tontos que no entendemos. Y veo lo que ha crecido y lo que ha cambiado, y aunque siempre he dicho que me gustaría que fuera un bebé muuuuuucho tiempo, también estoy disfrutando de cada paso del camino, donde la veo crecer cada día más fuerte, más alegre y más espabilada. Es lo que toca, hay que resignarse, pero creo que yo lo haré con gusto:-)
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