viernes, 27 de marzo de 2009

LO QUE LOS DIENTES TRAEN APAREJADOS

Hay momentos del día (bueno, más bien de la noche) en que pierdes la calma y solo piensas en que ya es hora de cambiar la cuna de sitio, de cuarto y si fuera posible, de vivienda. Normalmente ocurre cuando la peque se despierta a las cuatro de la mañana, llorando, seguramente molesta por los dientes. En esos casos la suelo pasar a nuestra cama, donde se sirve la leche ella misma y se duerme otra vez al poco rato. La mayoría de las veces yo también me quedo dormida, pero hay ocasiones (como anoche) en que la tengo tan pegada a mí que no me deja moverme para coger postura y no pego ojo. Anoche intenté pasarla a la cuna a las seis de la mañana y el resultado fue catastrófico. Se despertó y ya no hubo manera de dormirla hasta que la pasé de nuevo a la cama y la dejé usarme de chupete. Terminé por caer yo también, pero cuando David me dijo "son las ocho y media" lo último de lo que tenía ganas era de levantarme. Espero que esto sea solo una fase, y que cuando los dientes terminen de salir coja el sueño en condiciones todas las noches.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pobrecitaaaa lo que le estará doliendo para que se despierte llorando...
fdo. la tía